En
una ocasión, me dijeron, que porque no construía una que fuera algo más
visible desde lejos, y que con poco viento ejerciera mucha tracción;
así que manos a la obra y buscar un tamaño algo exagerado, y sin querer
empecé a trazar los planos de una de tres metros de quilla real.
Me
fui al plano, y observé que los pliegues que debía de hacer, eran algo
exagerados, y daban excesiva curvatura al borde de ataque, hacían un
arco frontal excesivamente marcado, por lo que recurrí a dividirlos en
dos, en vez de hacer tres hice seis y en las alas en vez de hacer dos
hice tres, todo lo demás según el plano.
Posteriormente,
en la prueba de vuelo, no acaba de gustarme las medidas de las bridas y
aumenté proporcionalmente las medidas de estas en un 10%, y siguió sin
acabarme de gustar, pero finalmente encontré un nudo muy sencillo de
hacer que me ayudó a ajustar las medidas de las bridas in situ.
Una
vez montadas las bridas con este tipo de nudo, hay que dejar
aproximadamente unos veinte centímetros de margen para poder hacer los
ajustes finos, hay que darse cuenta que es más fácil y práctico tomar
la medida de cada brida una vez ésta esta montada y otra cosa
importante, creo que no es necesario, al menos yo lo hice, el poner
bridas de excesiva resistencia, yo las puse de 20 libras (la unión hace
la fuerza), al igual que los hilos para volarla, yo los tengo de 90
kilos, es preferible que partan estos antes de sufrir daño alguno.
Dicho
esto, cuando volví a probarla, enseguida pude alargar o acortar este
par de centímetros que en alguna brida se habían ido de punto (suelo
usar cuerda algo elástica) y sin necesidad de desmontarla de los
mandos, solo era cuestión de levantarla, darle un par de giros en el
aire y ver donde fallaba, se bajaba y se ponía en el centro de la
ventana manteniendo esta abierta para poder ajustar cualquier fallo que
viera.
Una vez creí que ya estaba bien afinada, hice un nudo de tope pegado al medio nudo superior y corté el sobrante.
La
cometa posteriormente fue probada por muchos “naseros” y les gustó la
forma de volar y la suavidad con que realizaba los giros sin plegarse
en ningún momento.
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