Una
tarde, jugando a perseguirse con una Nasa y una milenium, encontramos
que era una diversión fascinante, aunque con esos dos tipos de cometas
tan diferentes la una de la otra llegaba a ser un caos, debido a que en
la más mínima distracción o una se enganchaba con los hilos de la otra
o se daban un encontronazo y las dos había que bajarlas rápidamente al
suelo ya que a continuación empezaban a rotar sobre si mismas y el
embrollo de cuerdas era demasiado. Comentándolo con mi compañero surgió
la idea de hacer dos hermanas gemelas. Así que manos a la obra. Primero
decidimos que el tamaño ideal seria el de ciento veinticinco
centímetros de quilla, ya que era una cometa de un tamaño considerable,
se veía bien desde lejos y cumplía las aracterísticas de que era
factible a ser pilotada con casi cualquier tipo de viento y era
sumamente dócil, además estaba más que probada por él (aprendió a volar
la Nasa con la roja de 125 cm ). Una vez decidido esto elegimos el
color y su combinación, y optamos por la forma tradicional de hacer dos
Nasas de dos colores, con el mínimo coste de material y decidimos los
colores naranja y azul por ser una combinación vistosa, pero la tienda
nos mandó naranja y verde.
El proceso
que seguí fue que las fui haciendo a la par, para evitar cometer los
vicios que se corrigen una vez te has dado cuenta que has metido la
pata, así que primero corte de tela, luego sobrehíle las partes
superiores de las alas con las inferiores, las partes centrales y cosí,
a continuación uní las tres partes entre sí teniendo en cuenta los
túneles y el colocar la malla posteriormente dentro de ellos y coserla,
a continuación realicé los pliegues de la nariz y laterales y antes de
colocar las corbatas que es lo más pejiguero para mí y los puntos de
anclaje de las bridas le cosí a todo el perímetro una cinta de “beta”
negra y para rematar, el hacer las bridas, que me supuso todo un reto
ya que había que hacerlas de cuatro en cuatro y con un hilo
semielástico como he descrito anteriormente.
Una
vez realizadas vino la hora de la prueba, el primer día solo pudimos
probar una ya que la otra estaba a falta de unas puntadas, y los
nervios de... ¿ Qué tal volará? Superaba la espera de poder realizar
las dos pruebas juntas y a la vez.
En el
primer lance, esta ya se elevó bien y se pudo hacerla evolucionar en el
aire sin ningún tipo de problemas, luego hicimos unos mínimos ajustes
en los comandos (las sujeciones de las bridas de los frenos suelo
dejarles unos diez centímetros de más, para no tener que ir reajustando
cada vez que se cambia de cometa) y todo perfecto. Al siguiente fin de
semana, probamos la otra, y también voló como se esperaba, unos mínimos
ajustes y todo arreglado. Luego llegó la hora de probar ambas a la vez
y como supusimos no hubo casi ningún problema, solo observamos que una
era ligeramente algo más rápida que la otra, así que superpusimos una
sobre la otra para ver si se había variado algo el tamaño o las
costuras, pero no observamos ninguna diferencia, llegados a este punto
pensamos que podría estar el error en la longitud de las bridas, pero
tampoco había un exagerado error, algún cordino bailaba dos o tres
milímetros arriba o abajo, creo que no es de importancia, ya que
estamos hablando de cordinos de una longitud de más de metro y medio, y
estos son algo elásticos, así que no encontramos nada raro, a no ser
que la pequeña diferencia de velocidad se debiese a los ajustes en los
mandos y en la forma de volar de cada uno, ya que el vuelo a cuatro
hilos varía según la forma de volar de cada uno y según el tipo de
cometas que vueles, se adquieren muchos vicios.
En fin, una vez todo, o casi todo subsanado llegó la hora de probar el vuelo en equipo. Esta es otra historia.
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