Al cabo de un tiempo, empezó la moda de volar trenes, de cometas por supuesto, así, por qué no intentarlo con varias Nasas.
En
primer lugar hice una composición en fotografía para ver que tal
quedaría a simple vista, el resultado me gustó aunque tuve mis dudas,
ya que como no lleva ningún tipo de varillaje y que es una cometa que
se deshincha momentáneamente al taparle el aire, (esto lo aprendí
posteriormente cuando hemos formado un equipo de vuelo de solo Nasas)
era fácil que no llegara a volar, pero de todas formas decidí enseñarla
en una serie de fotos a los compañeros.
La composición les gusto y me animaron a que la realizara, así, sin mas historias me puse a la tarea. (Fig. 1, 2, 3 y 4)
Primero decidí que un buen tamaño sería el de sesenta centímetros de
quilla, pero consideré primero, que si el tren no funcionaba, me
encontraría con varias Nasas demasiado pequeñas, y en segundo lugar, me
horrorizaba el tener que coser las corbatas, prácticamente sin espacio,
con la máquina de coser, así que no me convenció y pasé a estudiar la
posibilidad para ciento veinticinco centímetros, la de la composición
fotográfica, pero enseguida depuse la idea porque en el momento en que
hubieran vientos algo fuertes, saldría arrastrado y menudo barullo de
bridas; así que me decidí por un tamaño que ya conocía, el de ochenta y
cinco centímetros, y en caso de no funcionar, tendría Nasas para mis
hijas y sobrinos.
Sacando el patrón del plano, decidí
modificar un poco la forma, haciendo que los pliegues laterales una vez
cosidos, dejasen la forma del ala más rectilínea a la hora de coser a
máquina y no se escondiera o no llegase el doblez del pliegue hasta la
misma orilla. (Fig. 5) De esta manera apareció una nueva Nasa con una
variada serie de modificaciones, pero a simple vista no se diferenciaba
en nada con la original, pero en vuelo ya era otra cosa, no tenía tanta
tracción como la primera y resultaba más dócil a los movimientos, pero
seguía siendo nerviosa debido a su tamaño.
Las bridas las
dejé preparadas para poder quitarlas en cualquier momento, con nudos de
alondra, y así poder volar una, dos, las que me apeteciera.
Por
otra parte los anclajes de las bridas B1......B6 los hice con un trozo
de cuerda de unos diez centímetros, con nudos en ambos extremos y el
centro de ésta, cosido a la vela (Fig. 6).
Los
A2......A12 con el mismo trozo de cuerda atravieso el túnel y con un
poco más de complicación, también atravieso la cuerda (malla interna),
(Fig. 7) Este trabajo es bastante laborioso ya que hay que perforar la
primero la malla y luego la tela a medida que se van dando los giros y
pliegues para coser.
Y finalmente queda el A1, en el
que, por un extremo se cose a la raíz de la corbata y en el extradós
como en el A2, pero no sale por el intradós de la vela. (Fig. 8) Aunque
otra forma que pensé, era, hacer que la misma cuerda hiciera de
corbata, en la figura se intuye bien.
Una vez terminada
su gemela, di una separación entre ambas de 110 cm . Elegí esta
distancia porque preguntando a los que volaban trenes de acrobáticas
con varillas, me dijeron que ellos usaban de separación la altura de la
cometa, así que le di los 85 cm más 25 cm , que viene a ser un 30% más,
por aquello de que al no llevar estructura se deshincharía, lo intuía,
pero no tenía la certeza de que fuera cierto.
Así que a
construir 36 bridas, con lazos en ambos extremos para unirlas. No he
pensado si puede existir otra forma más simple y menos liosa para
unirlas.
Una vez llegado el día de la prueba, no me
desilusionó, el tandem funcionaba bien y no había problemas de
superposición y falta de aire. Lo único que tuve que ajustar fue los
mandos del freno, debía de alargarlos, quitarles freno porque iban muy
frenadas.
Daba la impresión óptica de que la cometa
posterior era mayor que la anterior, en vuelo coge una forma más
aplanada, y la anterior se arruga un poco, ya se estudiará mas
adelante. Como el tandem funcionaba, y funcionaba bien, decido
construir una cometa más, totalmente idéntica a las anteriores y por
supuesto 36 bridas más.
En el aire se comportan bien, se
necesita algo de viento para que el vuelo sea correcto y elegante
pudiéndote recrear con todo tipo de maniobras, incluso la de marcha
atrás. Sigue el efecto óptico de que la última parece mayor que la
anterior y ésta mayor que la primera, también he tenido que alargar los
frenos en un total de unos 25 cm .
En los giros
radicales, la última tiende a descolgarse un poco. Pero enseguida se
suma a la trazada del vuelo de sus hermanas, en todos los demás
movimientos se comportan como si fueran una, incluso en el despegue o
aterrizaje. En el caso de que la última se liase y girase sobre si
misma, conseguía enderezarla y recolocarla haciendo bajar el tren
marcha atrás muy suavemente en el centro de la ventana
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